sábado, 23 de enero de 2016

Mujeres en la noche






Mi abuela, cuando yo era niña, decía que por las noches oía voces. Creo que era sensitiva, pero ella no lo sabía y por la mañana protestaba: “Esta noche, con el jaleo que ha habido no he podido dormir como Dios manda. Estoy harta de los vecinos.” Entonces vivíamos en una casa molinera en las Delicias y todos sabíamos que no había vecinos cerca.


Con el tiempo, fue mi madre la que empezó a quejarse de que el ruido que producían los relinchos de un caballo tampoco la dejaban dormir. No hubo manera de convencerla de que en la casa no había ningún caballo. Mi padre, que nunca asumió que ella estaba enloqueciendo, nos decía que quizás todo fuese el jaleo de algún gato.

Desde entonces han pasado muchos años y ahora soy yo la que desde hace varios meses tampoco puede dormir. Me lo impide el sonido de una trompeta que un negro se pone a tocar tan pronto como llega la media noche. Creo que las mujeres de mi familia somos sensibles a las cosas extrañas. El caso es que a mi abuela y a mi madre nunca se les ocurrió ir al médico para tratarse la causa de esos desvaríos. En aquellos tiempos nadie hacía eso. A mí, sin embargo, una amiga me ha dicho que debería consultarlo con el Doctor Brenes, un tipo que atiende por internet asuntos de brujerías. Lo he hecho, y él, tras hacerme rellenar un montón de fichas, ha zanjado el asunto diciendo que no encuentra ningún motivo que no tenga tratamiento para mi extravío y me ha indicado que tome varios brebajes “de la felicidad” con los que pronto, si sigo las instrucciones que me irá impartiendo en próximas consultas, pondré en fuga al trompetista. Como por cada consulta virtual tengo que pagar quince euros con tarjeta de crédito, yo, cautelosa en estas cosas, he decidido que es preferible no hacer uso de las pócimas. En su lugar, me tomaré todas las noches una buena taza de chocolate.

Y la verdad es que he acertado. Hace ya catorce noches que el hombre de la trompeta ha dejado de molestarme. Lo malo es que tengo miedo de que el Doctor Brenes, al notar que no he vuelto a consultarle, me haya embrujado, ya que ahora, ni de noche ni de día, consigo quitarme de la mente la canción de los negritos del Cola Cao.





viernes, 15 de enero de 2016

Irrealidades





El fotógrafo, en su empeño por transformar la nada, se servía del color, la perspectiva y las formas. Entonces, a veces, construía universos que no eran reales pero podrían serlo y los poblaba con gentes que no existían pero que podrían existir, y es que él, a fin de cuentas, no era sino alguien que sabía escribir en la luz.





viernes, 8 de enero de 2016

Peggy Sue y las Matemáticas





Estudios recientes realizados por una profesora española de secundaria cuyo nombre no ha trascendido y que habrían sido refrendados por la Asociación de Profesores de Matemáticas de Estados Unidos (NCTM) habrían demostrado que cinco veces tres no es lo mismo que tres veces cinco. Al parecer, dicen que nadie que pertenezca a mi generación, que a duras penas conseguimos sobrevivir a las matemáticas, sería capaz de entender los razonamientos que han conducido a tan asombrosa afirmación, que estaría vinculada con la necesidad de que fuese uno capaz de distinguir entre un multiplicando o número pasivo que se deja multiplicar y un multiplicador o número activo que multiplica. Al tener conocimiento de la noticia, Peggy Sue, que desde jovencita tuvo claro que en su vida las matemáticas no iban a servirle para nada, habría declarado que ahora se siente todavía más confusa.





sábado, 2 de enero de 2016

Niebla





La señorita C. está preocupada. Alguien le ha dicho que una de sus mejores amigas ha enfermado de lucidez y ella, que sabe que algo de niebla no le viene mal a la vida, se teme lo peor.